Si quieres que los pimientos tengan un sabor más intenso y parezcan que los has asado a la brasa, tienes que quemarlos sobre un fogón o con un soplete de cocina hasta que su piel quede completamente negra. Cuando ya estén quemados ya los puedes cocer en el horno como indica la receta. Después tendrás que limpiarlos quitándoles la parte negra rascando con un cuchillo, pero nunca lavándolos ya que perdería todo su sabor.
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