¿Sabes cómo conseguir unas albóndigas esponjosas? Uno de los secretos para que las albóndigas caseras te queden esponjosas es remojar bien el pan blanco sin corteza en un bol de leche. Tiene que quedar empapado. En ese bol luego vas a añadir la carne picada, el huevo cascado, el ajo picado y el perejil porque queremos darle sabor. Esta jugosa masa tiene que quedar bien mezcladita y reposar 30 minutos o 1 hora en la nevera. En este paso está el truco para conseguir unas albóndigas esponjosas. Por cierto, si no sabes qué guarnición hacer o qué primer plato servir te recomendamos que te prepares una buena ensalada. A los peques lo que más les suele gustar son unas patatas fritas como guarnición. ¡Las disfrutan mucho!
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