Saber escoger el punto justo donde cortar es fundamental para que la parte más dura y seca no acabe en nuestro plato. Para evitarlo parte los espárragos con la mano, empezando por la base del espárrago. De esta manera, la parte fibrosa se quedará en tus manos. Vuelve a repetir la operación hasta que ya no queden partes fibrosas, el resto será tierno y ya lo puedes utilizar.
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