Pollo al vino tinto

Comienza por calentar una sartén grande con un chorro de aceite. Agrega los trozos de pollo a octavos y dóralos a fuego medio-alto. Asegúrate de que cada pieza esté bien sellada, ya que esto aportará un sabor delicioso. Una vez dorado, retira el pollo y en la misma sartén, añade los dientes de ajo picados que enriquecerán el aroma del plato. Luego, incorpora el vino tinto y deja cocer por unos minutos, permitiendo que se reduzca. Este es un paso crucial en la preparación del pollo al vino tinto, ya que la reducción del vino le aportará profundidad. Después de que el vino haya reducido, coloca nuevamente el pollo en la sartén y añade un brik de caldo casero de pollo y un atado de hierbas. Este caldo ayudará a mantener el pollo tierno y aportará un sabor inigualable. Cocina a fuego lento, permitiendo que todos los sabores se mezclen y que el pollo al vino comience a absorber la esencia del vino y las hierbas.

Una vez que el pollo esté en la sartén, baja el fuego y tapa la sartén. Deja que el pollo al vino tinto se cocine lentamente hasta que esté tierno, lo que debería tomar alrededor de 30-40 minutos. Este tiempo de cocción es vital para lograr esa textura jugosa que todos amamos en los pollos al vino. Si sientes que la salsa está demasiado líquida al final, puedes espesarla con una o dos cucharadas de harina previamente disueltas en un poco de agua fría, asegurándote de mezclar bien para evitar grumos. El espesor de la salsa es lo que hace que este plato destaque, permitiendo que el pollo al vino brinde una experiencia deliciosa en cada bocado. Antes de servir, no olvides retirar el atado de hierbas y ajustar la sal y la pimienta al gusto. Ahora, tendrás un exquisito pollo al vino tinto listo para disfrutar, perfecto para cualquier ocasión.