Pavê postre brasileño

Comienza colocando en un recipiente la leche condensada junto con la leche entera y las yemas de huevo. Esta mezcla es la base cremosa que dará sabor y consistencia a tu pave. Lleva esta combinación al fuego a temperatura baja, revolviendo suavemente. Es crucial que no hierva, así que presta atención mientras cocinas, hasta que la mezcla espese ligeramente, lo que puede tardar unos minutos. Este proceso hará que la textura sea perfecta para alternar con las galletas. Una vez alcanzada la consistencia deseada, retira del fuego y deja enfriar ligeramente.

Ahora que tienes la base de crema lista, procede a ensamblar el postre. En un molde, coloca una capa de galletas avainilladas, asegurándote de cubrir bien el fondo. Luego, vierte una parte de la crema que preparaste anteriormente sobre las galletas, permitiendo que se empapen ligeramente. Repite este proceso con otra capa de galletas y más crema, creando un efecto de capas que hará que tu pave sea visualmente atractivo y delicioso. Este juego de texturas asegura que cada bocado sea una explosión de sabor. Deja la última capa de crema para cubrir el postre.

Para culminar tu preparación, bate las claras de huevo a punto de nieve junto con el azúcar, hasta que obtengas picos firmes. En otro recipiente, bate la nata de montar hasta que esté bien aireada. Mezcla ambas preparaciones con cuidado, de modo que mantengan su esponjosidad. Extiende esta mezcla suave sobre la última capa de crema de tu pave, cubriendo todo uniformemente. Después, tapa el molde y colócalo en la nevera. Es recomendable dejarlo reposar de un día para otro para que los sabores se integren y el postre tome la consistencia ideal. Cuando estés listo para servir, disfruta de este dulce manjar que seguramente sorprenderá a todos.