Filetes de hígado a la plancha aliñados

Comienza por calentar un chorrito de aceite de oliva en una sartén amplia a fuego medio-alto. Es importante que el aceite esté bien caliente antes de añadir los filetes de hígado para que se sellen correctamente. Toma los filetes de hígado y sécalos ligeramente con un papel absorbente para eliminar el exceso de humedad. Una vez que el aceite esté caliente, coloca los filetes en la sartén con cuidado, evitando que el aceite salpique. Cocina los filetes de hígado durante unos minutos por cada lado, hasta que estén dorados en el exterior pero tiernos por dentro. Esto asegurará que los filetes mantengan su jugosidad. Finalmente, agrega un chorrito de vino blanco a la sartén y deja que la salsa se reduzca, incorporando aquellos jugos que han quedado en la superficie.

Mientras los filetes de hígado se cocinan, puedes preparar las patatas. Pela y corta las patatas en rodajas o en la forma que prefieras. En una cacerola o sartén aparte, calienta abundante aceite de oliva a fuego medio-alto. Una vez caliente, agrega las patatas y fríelas hasta que estén doradas y crujientes. Es recomendable no llenar demasiado la sartén para que las patatas se cocinen de manera uniforme. Cuando estén listas, retíralas y colócalas sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Antes de servir, añade una pizca de sal gorda para realzar el sabor de las patatas fritas, que serán un acompañamiento perfecto para los filetes de hígado.

Mientras las patatas se fríen, aprovecha para preparar una fresca ensalada que acompañará los filetes de hígado. Lava bien las hojas de lechuga y córtalas en trozos de tamaño adecuado. A continuación, corta la cebolleta en rodajas finas y el tomate en cubos. En un bol grande, mezcla la lechuga, la cebolleta y el tomate. Aliña la ensalada con un poco de sal y vinagre al gusto. Finaliza con un hilo de aceite de oliva, asegurándote de que todos los ingredientes estén bien integrados. Esta ensalada no solo aportará frescura al plato, sino que también equilibrará los sabores intensos del filete de hígado.

Una vez que tengas los elementos listos, es el momento de emplatar. Toma un plato y coloca una porción de la ensalada en un lado. Deberás poner los filetes de hígado al lado de la ensalada, asegurándote de que estén bien calientes. Luego, coloca las patatas fritas en otra parte del plato, distribuyéndolas de forma que sean visualmente atractivas. Antes de llevar el plato a la mesa, rocía los filetes de hígado con la salsa que se formó en la sartén, asegurándote de que cada bocado esté bañado en este delicioso sabor. Sirve inmediatamente y disfruta de este plato que combina la robustez del filete de hígado con la ligereza de la ensalada y el crujiente de las patatas.

Ahora que tu plato está preparado, tómate un momento para admirar la combinación de colores y texturas que has creado. Los filetes de hígado deben estar dorados y jugosos, mientras que las patatas fritas deben lucir crujientes y doradas. Al sentarte a la mesa, asegúrate de compartir esta deliciosa comida con quienes más quieres, ya que es un plato perfecto para disfrutar en buena compañía. No olvides acompañar el plato con tu bebida favorita para complementar todos los sabores. ¡Buen provecho!