Crema de calabaza con bacalao

Empezamos preparando la calabaza para hervir. Te recomendamos que compres calabaza ya cortada: la puedes encontrar tanto fresca y recién cortada en la frutería, como envasada al vacío en el supermercado, en la sección de verduras refrigeradas o incluso congelada. ¿Por qué es mejor comprar la calabaza ya cortada? Pues porque es dura y fatigosa de cortar. La carne de la calabaza es muy dura, incluso la misma piel es dura y no es un trabajo ligero retirar toda la piel y cortarla en pedacitos.

Si has comprado la calabaza ya cortada y pelada, abre el envase para que respire y simplemente resérvala de momento. Si has comprado la calabaza entera, ármate con un buen pelador de verduras y tu cuchillo cebollero, ¡te contamos la forma más fácil de preparar la calabaza!

Primero corta la calabaza por la mitad con el cuchillo grande, así tendremos una superficie plana para apoyar la calabaza y seguir cortando de forma segura. Con una cuchara, quita todas las semillas y filamentos que tiene el interior de la calabaza hasta dejar la carne limpia. Ahora que ya tenemos una superficie segura para seguir cortando, pela la piel con un pelador de verduras o con el cuchillo. Si lo haces con el cuchillo, haz cortes de arriba a abajo, empujando la piel hacia la tabla de corte. Corta el cabo de cada lado y ya tendrás toda la carne lista para cortar. Corta en trozos grandes, primero haciendo un par o tres de tiras, y luego cortando estas en cubos. Reserva la calabaza cortada.

¿Te gustan las pipas de calabaza? ¡Pues no tires las semillas! Sepáralas de los filamentos, límpialas bien y sécalas durante varias horas. Luego mezcla medio vasito de agua con una cucharada generosa de sal, pon esta mezcla en una cazuela a calentar y luego añade las semillas secas. Mezcla continuamente hasta que estén ligeramente tostadas y absorban la sal.

¿Te gusta la crema de verduras bien espesa y cremosa? Entonces te recomendamos añadir también un par de patatas a la receta. Pélalas y córtalas a cubitos como hemos hecho con la calabaza y reserva también.

Pon una olla al fuego con un poquito de aceite y añade la calabaza (y la patata también si quieres añadirla). Sofríe un par de minutos y luego añade el caldo, tapa la olla y deja cocer a fuego medio durante 20 minutos, hasta que la calabaza esté completamente tierna.

Mientras se está cociendo la calabaza, puedes ir lavando y cortando el bacalao a trocitos y preparando el jengibre. Primero corta el trocito que quieres añadir, que dependerá de tu gusto por el picante. Aunque no lo parezca, el jengibre pica bastante, y ese sabor va a ser muy potente en el plato final. Si es la primera vez que añades jengibre a una receta, te recomendamos usar una cantidad pequeña. Corta el trocito de jengibre que quieres añadir a la crema y pela la piel con una cuchara, es la forma más rápida, y ya verás que se desprenderá muy fácilmente. Ralla el trocito de raíz pelado y reserva de momento.

Retira del fuego y tritura con el turmix. ¡No añadas sal de momento! El bacalao es muy salado de por sí y nos va a añadir ese toque de sabor que contrasta con el dulzor de la calabaza.

En la misma olla, sofríe ligeramente el bacalao, añade el jengibre rallado y mezcla bien. Añade la crema y deja cocer unos minutos para que se integren bien los sabores.

Sirve la crema caliente, decorada con un poquito de jengibre rallado.