Aquí te compartimos dos consejos clave para que tus cremas siempre sean perfectas.
En cuanto a la sal, nuestro primer consejo es añadirla al final del proceso, justo cuando hayas terminado de batir todos los ingredientes. ¿Por qué? Porque el caldo que utilizaste previamente ya aporta sal al plato, y si agregas sal adicional desde el principio, podrías excederte y arruinar el equilibrio. Es mejor probar la crema al final y ajustar la cantidad de sal según tu preferencia antes de servirla.
En lo que respecta a la textura, si tu crema de marisco resulta demasiado espesa, hay una solución sencilla: agrega leche entera o nata líquida. Incorpora este ingrediente adicional y bate la mezcla durante unos segundos más hasta lograr la textura deseada. Este truco es ideal para darle a tu crema la consistencia perfecta, ya que puedes ajustarla a tu gusto personal. Con estos consejos, tus recetas de cremas de marisco siempre serán un éxito.
¿Has probado hacer una crema de marisco y pescado? ¡Doble sabor!
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