El proceso es sencillo: coge 300 gramos de harina y mézclalos con un vaso de agua tibia. Después, amasa la mezcla hasta obtener una masa uniforme y elástica. Extiende esta masa en una superficie enharinada y déjala secar colgada o extendida sobre una rejilla.
Una vez que la pasta esté completamente seca, procede a cortarla en la forma que quieras, que generalmente son tiras o cuadros para los andrajos. Luego, cocina esta pasta casera en tu receta de andrajos como de costumbre, disfrutando de la satisfacción de haber creado tu propia pasta desde cero. Este proceso añade un toque especial a tus platos, personalizando aún más tu experiencia culinaria y demostrando que la creatividad en la cocina no tiene límites.
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