Lo mejor para que la textura de tu risotto sea irresistible es que ralles el queso al momento. Recuerda que, de esta manera, podrás aprovechar todo su aroma. En el caso del parmesano, recuerda que es un queso algo duro por lo que puede que te cueste hacerlo con un rallador tradicional. Así que lo mejor es que utilices una picadora y así te quedará pulverizado. Con el parmesano pulverizado, te resultará mejor integrarlo al arroz. ¡Ah! Y recuerda reservar un poco para poderlo poner por encima cuando sirvas.
Cuando se trata de queso, nunca tenemos suficiente… ¡Aplica este truco a todas tus recetas de risotto! ¡Ya verás qué deliciosos te quedan cada vez!
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