Las alcachofas están deliciosas pero un problema que tienen es que se ponen negras en seguida y eso no gusta a nadie. ¿La solución? Pues tan sencillo como ponerlas en remojo con agua una vez peladas. Deberás añadir también al líquido zumo de limón o troncos de perejil rotos. De esta manera, la vitamina C del limón o la A del perejil evitarán que se oxide la alcachofa y que se ponga negra.
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