Si se nos ha quemado el arroz sumergir una cebolla cortada por la mitad, cubriéndola con más arroz. Tapar la cazuela y dejarla en reposo hasta que el sabor a quemado haya desaparecido. Puede sustituirse la cebolla por patata (papa) cruda también sumergida, o por una rebanada de pan blanco colocada sobre la comida. El sabor a quemado pasará a la cebolla, a la patata o al pan
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