Con la llegada del otoño, empieza la época de las setas silvestres, más sabrosas pero llenas de todo lo que el campo conlleva. Para limpiarlas bien y conservar todo su sabor y propiedades, no hay que ponerlas en agua. Habrá que frotarlas con un paño húmedo y ayudarse de un cepillo y un cuchillo para retirar todas las impurezas.
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